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miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿Vid, vino, distribución... I+D+i?


 La investigación, el desarrollo y la innovación en viticultura, enología y economía del sector del vino y, por supuesto, su divulgación y su comunicación han sido y son una preocupación y ocupación permanente de nuestro periódico, que no sólo tiene una sección fija en estos sentidos, sino que desde su comienzo instituyó un premio empresarial a la labor investigadora de las empresas, dentro de los Premios Empresariales de Mercados del Vino y de la Distribución.



Creemos que la investigación es un gran motor que desarrolla y tira de los sectores, y el nuestro, el del vino, no es ni puede ser ajeno a ello. La investigación en el sector vitivinícola cuenta con una larga tradición en el mundo y también en España. Principalmente, la investigación se ha desarrollado en universidades e institutos públicos, tanto de carácter nacional como regional, y en las últimas décadas, y de forma todavía tímida, se han ido sumando las bodegas y las empresas de la industria auxiliar del sector. La industria auxiliar ha sentido la necesidad de participar en investigación, pero la producción, las bodegas, son pocas las que hacen investigación, solas o en colaboración con instituciones públicas o con otras bodegas. La razones son múltiples, algunos ignoran el interés de la investigación o no tienen dimensión o no disponen de medios humanos o materiales, etc., y además desconocen que existen fórmulas de asociación, organismos y empresas a los que recurrir y con quienes se puede colaborar y, por supuesto, recursos económicos disponibles para este fin.

La mayor parte de los fondos dedicados a la investigación son públicos, las empresas hacen, salvo excepciones, pocos esfuerzos, pero se quejan de la situación. La mayor parte de las empresas y de los empresarios del vino no tienen criterios para participar en investigación y muchos, cuando participan, lo hacen mal, emplean mal los recursos ajenos y los pocos propios que aportan, aunque la soberbia y la ignorancia no les deja verlo y reconocerlo, y a pesar de existir personas, empresas y organismos a los que recurrir, para poder participar en una investigación útil responsable y por supuesto rentable.



A nivel público, la investigación y los investigadores han crecido, si bien los desequilibrios son notables regionalmente y en cuanto a las líneas y áreas de investigación existen sesgos importantes y situaciones caprichosas consentidas. Si consideramos que somos el país con más superficie de viñedo del mundo y normalmente el tercero en producción, contemplamos los viñedos y los vinos y vemos el panorama de la maquinaria en la viticultura y en la enología, productos vitícolas y enológicos utilizados en el mundo, y observamos que el desarrollo de la vitivinicultura y que la procedencia de los medios de producción son mayoritariamente de otros países, y si a eso le añadimos el descenso en el consumo de vino interior (menos de 16 litros por habitante y año) y las dificultades de comercialización interior y exterior, debemos preguntarnos si los medios y los esfuerzos que dedicamos en materia de investigación en viticultura, enología, economía y comunicación son suficientes y están bien empleados. La situación nos hace pensar que no.


Consejo Editorial
Mercados del Vino y la Distribución

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